Vivimos rodeados de miserables, de personas que lo que necesitarían sería tener más humildad y ser algo menos ignorantes. Pero es lo que hay, y debemos adaptarnos, porque, como decía Einstein, hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana.
Con todo, lo peor es que estos últimos hicieron fortuna en estos tiempos y, así, fueron ocupando puestos relevantes socialmente. La consecuencia es que la sociedad, la nuestra, estaba dirigida por idiotas, y estos mismos fueron expandiendo esta religión, la estupidez, por toda la sociedad. Así llegamos a la crisis, así llegamos a la situación actual.
Y Ourense no es una excepción. Bien al contrario, es un ejemplo. El mejor ejemplo, porque lo tenemos al lado. Sólo hay que salir a la calle o comprar un periódico. Y observar, para comprobar asombrados cómo esa cultura social, la de los imbéciles, se fue extendiendo sin medida. Claro, por eso sienten la necesidad de opinar sobre todo, sin ningún tipo de pudor, aunque sean unos perfectos ignorantes. Como si siguiesen las consignas que sugería Cadalso en una de sus mejores obras, Los eruditos a la violeta, o cómo ser sabio en siete días.
Y estos días en las calles de Ourense el debate es la monarquía y la abdicación de Juan Carlos I. Normal. En una provincia como la nuestra en la que se heredan como si fuesen coronas los cargos públicos, las presidencias de ayuntamientos y de diputaciones todos estamos sensibilizados.
Lo importante, como decía aquel, es que la hija pequeña de la feliz pareja, la otra, Sofía, se convierta en duquesa de Ourense, ¿o es que en Lugo pueden tener duquesa y en Ourense no?
Dejemos para otro momento esa tontería de la igualdad de los seres humanos, esa tontería de la democracia y de las necesidades que están pasando tantos. Por una vez, preocupémonos por esos problemas que les preocupan a los tertulianos y a los políticos, a los lectores de periódicos deportivos y de revistas del corazón. Los problemas reales.
Por eso la república no puede esperar.
*Artículo publicado en gallego en La Voz de Galicia el 7 de junio de 2014